victim rehab

Realmente siempre sabemos las respuestas de nuestras mas grandes interrogantes, siempre sabemos que hicimos mal cuando nos hacemos aquella pregunta trillada.También tenemos esa tendencia a culpar a los demás por nuestras propias faltas, y aunque no sean tan nuestra culpa, igual le atribuimos mucho poder a nuestro entorno. Simplificando un poco, está en que somos las decisiones que tomamos, se nos olvida que no hay alguien apuntándonos con un arma cada vez que tenemos que tomar una simple decisión, se nos olvida también ponernos límites para que no nos transgredan, pero como nos encanta culpar, y victimizarnos ¿cierto?. Personalmente,he tomado la decisión de rehabilitarme esta cuarentena, rehabilitarme de víctima. Desde hacía rato, estaba deambulando en ese estado de negación, en esa resistencia al cambio, pero finalmente he cedido a trabajarme un poco,en responsabilizarme de mis actos, pero más allá, responsabilizarme de mis decisiones, de responsabilizarme de la culpa pero en términos mas judiciales.muchas veces vemos la culpa como aquel juego de la papa caliente, todos pasamos de ella. Veo a la culpa un tanto satanizada, incomprendida, como aquel personaje que tanto mitifico de Rayuela, puesto que nadie se toma el tiempo de entenderla, y pasa de un lado a otro, el propósito de ella no es quedarse y formar parte de ti, ella solo necesita que la estudies un poco, mientras más entiendas sus razones, mas cerca estará el día de su partida. En la medida en la que fui siendo mas consciente de mis decisiones, en la medida que me impuse limites, me fui rehabilitando. Se esclareció aquella panorámica que tenía en la que veía que los ultrajes de los demás eran producto de solo un acto vilanesco, y no es así muchas veces. Cuando alguien nos hace algo, o actúa de cierta manera sobre nosotros, es porque así les hemos permitido y mas hablando de un endogrupo, como con amistades cercanas, familiares, grupos de personas que nos cuesta mucho imponer límites. Aquella tendencia del ser humano a los excesos, al abuso, es lo que muchas veces nos enferma, de una manera bilateral. Tanto como a la victimario lo vuelve ambisiosa, tanto como a la victima la vuelve indefensa. Es cuestión de no permitirse ser transgredido, aunque eso conlleve un cierto desapego, tal ves al final del día lo que perdimos no fue tan valioso nada. En mi rehabilitación me he dado cuenta del poder de la comunicación tambien, que va de la mano con aquel mecanismo de la represión. Es de vital importancia poder exteriorizar nuestro sentir, poder decir las cosas al instante (teniendo en cuenta el "cogito ergo sum"), no llevarnos a casa esa carga de palabras sin decir, porque ¿como las personas sabrán el daño que nos hacen si no se lo decimos y ellos son muy ciegos para ver?

Comments

Popular Posts